¿Fue como beso o llanto?
¿Fue como beso o llanto? ¿Nos hallamos con las manos, buscándonos a tientas, con los gritos, clamando; con las bocas que el vacío besaban? ¿Fue un choque de materia y materia, combate de pecho contra pecho, que a fuerza de contactos se convirtió en victoria gozosa de los dos, en prodigioso pacto de tu ser con mi ser enteros? ¿O tan sencillo fue, tan sin esfuerzo, como una luz que se encuentra con otra luz, y queda iluminado el mundo, sin que nada se toque? Ninguno lo sabemos. Ni el dónde. Aquí, en las manos, como las cicatrices, allí, dentro del alma, como un alma del alma, pervive el prodigioso saber que nos hallamos, y que su dónde está para siempre cerrado. Ha sido tan hermoso que no sufre memoria, como sufren las fechas, los nombres o las líneas. Nada en ese milagro podría ser recuerdo: porque el recuerdo es la pena de sí mismo, el dolor del tamaño, del tiempo, y todo fue eternidad: relámpago. Si qui...