Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como José Ángel Buesa

El pozo seco

Imagen
Dejé mi copa en el brocal maldito. Grité hacia abajo, hacia el profundo hueco, pero el coro sarcástico del eco me devolvió multiplicado el grito. Llegaba tarde: el pozo estaba seco.              Un gran golpe de viento llenó el pozo, y, al recorrer su vertical garganta, en su más honda hondura oí un sollozo, donde cantaba el agua y ya no canta...              Brillaba entonces la primera estrella, pero el anochecer amanecía cuando me puse a comparar aquella profunda sed del pozo con la mía.              Y allí dejé mi copa abandonada, con un tardío gesto de homenaje por quien se supo dar sin pedir nada al que calmó su sed y siguió el viaje...              Y allí, junto al brocal ennegrecido, y el cubo roto y la inservible rueda, comprendí que no cabe en el olvido la ingratitud de un agua que se ha ido ni el espanto de un pozo que se queda......

Poema del libro

Imagen
Entre todos mis libros, es éste el que prefiero éste que un día dejé a medio leer lo cerré de repente, lo puse en el librero, y ya lo cubre el polvo del ayer. Recuerdo que era un libro de una belleza era como si en cada frase floreciera un rosal pero temí de pronto que me desencantara si seguía leyendo hasta el final. Y ahí está en el librero, donde lo puse un día tal vez un poco triste por lo que no leí, pues recordé, muchacha, que casi fuiste mía, y al guardar aquel libro, pensé en ti... José Ángel Buesa

BALADA DE LA ALAMEDA

Imagen
Era el silencio miel sobre seda, y era un ungüento de paz la brisa. Yo iba del brazo con tu sonrisa por la alameda. Tu boca dulce como un olvido me dio sus jugos bajo el follaje, y su chasquido rozo mí oído como un plumaje de un cisne herido; como un encaje desvanecido; como un celaje loco de viaje sobre un paisaje desconocido... Tu boca ungida de luz de trino, bordó una sombra de frases quedas... Tu boca tibia me supo a vino, y en la hojarasca de las veredas se alzó el revuelo de un remolino de áureas monedas... Y fue el silencio como una gruta, y la quimera fue como un río donde bogaron tu amor y el mío... Y fue tu boca como una fruta humedecida por el rocío... Como amputando gestos sombríos bruñó la luna su filo de hacha, y retorciendo sus dedos fríos cruzó una racha... Yo unté de besos tu boca roja, tu boca dulce como un regreso, y en cada árbol fue cada hoja un eco verde de cada beso. Tu boca intacta me...

Carta sin Fecha

Imagen
Amigo: sé que existes, pero ignoro tu nombre. No lo he sabido nunca ni lo quiero saber. Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre, que es el único modo de hablar de una mujer. Esa mujer es tuya, pero también es mía. Si es más mía que tuya, lo saben ella y Dios. Sólo se que hoy me quiere como ayer te quería, aunque quizá mañana nos olvide a los dos. Ya ves: ahora es de noche. yo te llamo mi amigo; yo, que aprendí a estar solo para quererla más; y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo; y tú, que no lo sabes, no la despertarás. ¡Qué importa lo que sueña!. Déjala así, dormida. Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer. Y ella irá de tu brazo para toda la vida, y abrirá las ventanas en el atardecer. Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino. Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar, y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino, ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar. Y pasarán los años favorables o ad...

Crepúsculo

Imagen
Hora de soledad y de melancolía, en que casi es de noche y casi no es de día. Hora para que vuelva todo lo que se fue hora para estar triste, sin preguntar por qué. Todo empieza a morir cuando nace el olvido. Y es tan dulce buscar lo que no se ha perdido... ¡Y es tan agria esta angustia terriblemente cierta de un gran amor dormido que de pronto despierta! Viendo pasar las nubes se comprende mejor que así como ellas cambian, va cambiando el amor, y aunque decimos: ¡Todo se olvida, todo pasa...! en las cenizas, a veces nos sorprende una brasa. Porque es triste creer que se secó una fuente, y que otro bebe el agua que brota nuevamente: o una estrella apagada que vuelve a ser estrella, y ver que hay otros ojos que están fijos en ella. Decimos: ¡Todo pasa, porque todo se olvida...! y el recuerdo entristece lo mejor de la vida. Apenas ha durado para amarte y perderte este amor que debía durar hasta la muerte. Fugaz como el contorno de una nube remota...