Duele

Se me ha incrustado como hielo en la roca y me rompe desde dentro, desde el primer beso hasta la última caricia convertida en sangre. Y duele. Duele cuando me lo arranco. Cuando tiro de él, apenas sin fuerzas con las que levantarme. Cuando reniego de los pasos que no di, mientras se filtraba por cada uno de mis huecos para invadirme en silencio. No soporto pensar en los días y en las noches que no corrí, en los golpes que no esquivé, en los gritos que se ahogaron antes del llanto. Y duele que vuelva a ser agua. Que las heridas se abran para expulsar las agujas con las que me cosía la boca, esta boca que ahora es sólo mía y ha aprendido a gritar, pese a que duele. Inma Chacón