QUÉ TARDE...

QUÉ tarde más hermosa. Qué dulce es esta brisa que acaricia sin prisa la piel de cada cosa. Se ha detenido, ociosa, la mirada indecisa y asoma la sonrisa cuando en la luz se posa. Cómo expresar en prosa con palabra precisa la sensación dichosa de la tarde indivisa, si el verso lo improvisa la mano temblorosa. José Corredor-Matheos