Y luego nada

Pasé por ti como una borrasca, como una tempestad anunciada. Pasé así, como una ráfaga de viento. Obedeciste a tu ímpetu andariego, obedecí a mi búsqueda de afectos. Pasaste por mí como una ola que rompe con su furia, de la noche, el silencio, como una estrella que no da tiempo a pensar en su forma, en su destino, que deja su estela y nos quita el aliento. Pasamos así, sin darnos cuenta... de la quietud al desasosiego, y luego nada... nada... solo silencio. Teresa Aburto Uribe