Fado
Carlos Cano & Amália Rodrigues
para todos los amigos de mi Isla
Foto: Le Mosquito
Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza
La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.
Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.
Mario Benedetti
Foto: Miguel (Nerim)
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
Pablo Neruda
Foto: El Secretario
Tierra nativa
Me sirve y no me sirve
La esperanza tan dulce,
tan pulida, tan triste,
la promesa tan leve,
no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza
La rabia tan sumisa,
tan débil, tan humilde,
el furor tan prudente
no me sirve.
No me sirve
Tan sabia tanta rabia.
El grito tan exacto
si el tiempo lo permite,
alarido tan pulcro
no me sirve.
No me sirve tan bueno
Tanto trueno
El coraje tan dócil
la bravura tan chirle,
la intrepidez tan lenta
no me sirve.
No me sirve
tan fría la osadía.
Si me sirve la vida
que es vida hasta morirse,
y el corazón alerta sí me sirve.
Me sirve cuando avanza
la confianza.
Me sirve tu mirada
que es generosa y firme,
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida.
Me sirve tu futuro
que es un presente libre,
y tu lucha de siempre
sí me sirve.
Me sirve tu batalla
sin medalla.
Me sirve la modestia
de tu orgullo posible,
y tu mano segura
sí me sirve.
Me sirve tu sendero,
compañero.
Mario Benedetti
Foto: Miguel (Nerim)
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
Pablo Neruda
Foto: El Secretario
Tierra nativa
" Es la luz misma, la que abrió mis ojos
toda ligera y tibia como un sueño,
sosegada en colores delicados
sobre las formas puras de las cosas.
El encanto de aquella tierra llana,
extendida como una mano abierta,
adonde el limonero encima de la fuente
suspendía su fruto entre el ramaje.
El muro viejo en cuya barda abría
a la tarde su flor azul la enredadera,
y al cual la golondrina en el verano
tornaba siempre hacia su antiguo nido.
El susurro del agua alimentando,
con su música insomne en el silencio,
los sueños que la vida aún no corrompe,
el futuro que espera como página blanca.
Todo vuelve otra vez vivo a la mente,
irreparable ya con el andar del tiempo,
y su recuerdo ahora me traspasa
el pecho, tal puñal fino y seguro.
Raíz del tronco verde, ¿quién la arranca?
Aquel amor primero, ¿quién lo vence?
Tu sueño y tu recuerdo, ¿quién lo olvida,
tierra nativa, más mía cuanto más lejana? "
Luis Cernuda
Foto: Elena de San Telmo
Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.
A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.
Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?
Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.
Pablo Neruda
Foto: Osselin
POESÍA
Con sorpresa y emoción,
una boca que bebía
del seno de la Poesía
dijo, apartando el plumón:
¡Oh mi madre Inteligencia
de quien el dulzor fluyó!
¿Cuál extraña negligencia
ahora tu seno secó?
Sobre tu pecho divino
apenas ponía mi sien,
sentía el mecer marino
de tu corazón de bien;
recién, en la obscura niebla
que bajó hasta tu beldad,
sentía, al beber tiniebla
llenarme de claridad.
Dios diluído en tu esencia,
Lleno de felicidad
y dócil a la conciencia
De la gran tranquilidad,
Alcancé la noche pura
y olvidéme del no ser,
pues, un río de ventura
por mí parecía correr. .
¿Qué escrúpulo temeroso,
qué despecho te asaltó,
que tu fluir milagroso
en mis labios se cortó?
¡Oh rigor! Yo bien recelo
que tu alma se ofendió
el silencio, cisne en vuelo,
ya no reina entre tú y yo.
Foto: Osselin
¡Oh Inmortal! Ya no me informa
de tesoros tu mirar
y se hizo piedra la forma
que yo sentí palpitar
Me han privado tus agravios
hasta del cielo el claror.
¿Qué serás tú sin mis labios?
¿Qué seré yo sin tu amor?
Pero la fuente ya inerte
Le respondió sin pasión:
-¡Ay, me has mordido muy fuerte!
No late mi corazón.
Paul Valéry
EL SUEÑO
He recorrido espacios contigo
y ahuecado la mano
paloma y nido a la vez
para otra mano.
Y sobre tu hombro
como lo hace la luna sobre la ladera
lentamente he rodado mi cabeza.
Hemos ido caminos de cristal
hacia dentro del cielo
del alma.
A veces tu voz me roza
con la ternura de un ave sobre mi mejilla.
Otras , me aprieta el vuelo
Cuando esto sucede
le cierro los ojos a la tarde
y prefiero abrir mi mediodía
dentro del sueño.
Ana María Fresco
Para escuchar la música, un click en el título
Comentarios
Maravillosa criatura.
Sí, me sirve.
Me halaga y me estremece ver una foto mía entre tan insignes poetas, tan bellos poemas y fotos tan magníficas de los amigos y compañeros de esta galaxia.
Te dejo mi enlace de Flick'r para que veas otras fotos mías que no están en mi Zona Libre, por si las quieres usar...
Será otro placer más.
http://www.flickr.com/photos/paloma_lila/1223000965/
Abrazo halagado.
Un beso y un fuerte abrazo
G R A C I A S
La vida misma, que a veces traiciona las promesas que antaño cacarease a todos los vientos, más para gloria propia que ajena.
Allá ella y su ego.
Un beso.
Un saludo ;)
Mi aplauso,
Estel
Para que después hablen mal del internés, je, je...
He estado muy liado esta temporada, y casi ni os he visitado... espero poder recuperar poco a poco la normalidad y leer parte de lo atrasado... por aquí estoy, de nuevo...
Besos...
No merezco. seguramente, estar junto a Neruda... pero me gusta!
Gracias por sentir con poemas lo que ven mis ojos.
Hermoso!
Un gran abrazo desde Buenos Aires