Hoy puede ser un gran día










Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.

Dale el día libre a la experiencia
para comenzar,
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar.

No consientas que se esfume,
asómate y consume
la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.

Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.

Saca de paseo a tus instintos
y ventílalos al sol
y no dosifiques los placeres;
si puedes, derróchalos.

Si la rutina te aplasta,
dile que ya basta
de mediocridad.
Hoy puede ser un gran día
date una oportunidad.

Hoy puede ser un gran día
imposible de recuperar,
un ejemplar único,
no lo dejes escapar.

Que todo cuanto te rodea
lo han puesto para ti.
No lo mires desde la ventana
y siéntate al festín.

Pelea por lo que quieres
y no desesperes
si algo no anda bien.
Hoy puede ser un gran día
y mañana también.

Hoy puede ser un gran día
duro, duro,
duro con él.


Joan Manuel Serrat

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que así sea, Meme. Bon día y un molt fort petó
modes amestoy ha dicho que…
deberíamos empezar así todos los días.
Un abrazo
Le Mosquito ha dicho que…
No sé, no sé. Ponerse positivo con cinco albañiles como cinco goles que tengo ahora en casa...
Lo intentaré.
:)
Anónimo ha dicho que…
Depende de la percepcion de cada uno, por ejemplo, para mi, todos los dias son malos.
Meme ha dicho que…
Carmen, amiga:
Esta, nuestra canción “bandera”, nunca nos abandona.
Un molt fort petó.

Buenos días Modes,
si el día se nos presenta adverso…¡duro con él!
Aprovecho tu visita para agradecer tu fantástico recetario que nos brindas en tu blog y con este condimento tan especial …tus poesías.
Un abrazo

Buenos días Le Mosquito…estos ladrillos!, estos albañiles!…digo 5 goles…no desesperes.
La liga está a punto de finalizar y tu casa volverá a ser un remanso de paz.
Un abrazo

Mario:
¿Y estas ansias de vivir, de conocer, de disfrutar…?

-Asómate a la puerta.
José Arcadio Buendía tardó mucho tiempo para restablecerse de la perplejidad cuando salió a la calle y vio la muchedumbre. No eran gitanos. Eran hombres y mujeres como ellos, de cabellos lacios y piel parda, que hablaban su misma lengua y se lamentaban de los mismos dolores. Traían mulas cargadas de cosas de comer, carretas de bueyes con muebles y utensilios domésticos, puros y simples accesorios terrestres puestos en venta sin aspavientos por los mercachifles de la realidad cotidiana. Venían del otro lado de la ciénaga, a sólo dos días de viaje, donde había pueblos que recibían el correo todos los meses y conocían las máquinas del bienestar. Úrsula no había alcanzado a los gitanos, pero encontró la ruta que su marido no pudo descubrir en su frustrada búsqueda de los grandes inventos.
(Cien años de soledad)

Un abrazo
Osselin ha dicho que…
Hola amiga, te animo a que sigas fotografiando. La cosa promete.

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