Día de calma
Quien no quiso caer en la mentira,
no sea injusto desde la verdad.
Repítelo. Es un día de calma.
Aunque la mar extienda sus castigos
y el golpe solitario de los remos
se pierda entre la espuma,
como se pierde el último destello de una mano,
quiero que lo repitas: es un día de calma.
Repite que es mentira
todo lo que parece sucederte,
que las manos deshechas son mentira
y no temes el viento,
ni existen los abismos en el agua,
ni la respiración entrecortada.
Porque la piel del labio
siente una quemadura de sal y se parecen
sus latidos al odio demasiado,
repite que no sientes sus latidos.
Ya que todo se mueve, ya que el tiempo
bajo los pies se descompone y cae,
regresa hasta el lugar donde las huellas
forman parte de ti
como un destino
de arena que resiste en algún sitio
detrás de cada ola.
¿A qué memoria perteneces? Vuelve.
Una ciudad al Sur, un gabinete
de balcones abiertos enfrente de los plátanos.
Sigues leyendo, sabes
los libros que son tuyos. Para ti las miradas
de cristal y los barcos
que navegan con pecho adolescente.
Es un día de calma.
Quiero que lo repitas desde allí,
allí, para que grabes
en la madera limpia de tus remos:
Quien no quiso caer en la mentira,
no sea injusto desde la verdad.
Luis García Montero
Comentarios
Preciosos versos y preciosa imagen que los ilustra, calma, inspiran calma... y los dos últimos versos:
"Quien no quiso caer en la mentira,
no sea injusto desde la verdad".
Dicen tantas cosas...
Gracias por lo que tu YA SABES ;-)por mail..
Molts i molts petonets Illenca mágica!
Yo, eso de la mentira piadosa, lo suelo practicar cuando el otro lo necesita. En otro caso, se me podria acusar de "impio".
Una verdad despiadada puede causar peores efectos que un tornado... No, no, prefiero mentir piadosamente.
Un abrazo, amiga
Saludos.