Las razones del Viajero




Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.

Cuando pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.

Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.

Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.

Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.

De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.

No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.

Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.

Tiempo de habitaciones separadas.

Luis García Montero

Comentarios

Martine ha dicho que…
Mi Musa... Y si este viajero solitario tiene la inmensa suerte de tener una habitación que tenga vista sobre la bahía de Cadaquès...¿qué importa la Soledad?...Sus ojos se abren hacia la Libertad...
Y más allá está tu isla donde le esperas, nos esperas...
Te traígo Té acabado de hacer... y unas pastas... Nos sentamos... ¡Si!

Dulces besos con olor a Mimosa, a rosas... Meme Amiga...
Me quedo aqui tengo otra visita que hacerte...

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