¿Cómo puede mi Musa, tratar de inventar algo,




¿Cómo puede mi Musa, tratar de inventar algo,
mientras que tú me alientas y esparces en mis versos,
tu exquisito argumento, demasiado excelente,
para que algún papel, vulgar, te lo repita?


¡Oh! Date tú las gracias, si algo de lo que es mío,
por digno de tu vista se ofrece a la lectura.
¿Quién sería tan necio, que de ti no escribiera,
cuando eres tú quien da la luz de la invención?


Sé la décima Musa, diez veces más valiosa,
que las antiguas nueve, que invocan los poetas
y al juglar que te llama, déjalo producir
los versos inmortales, que al tiempo sobrevivan.


Mas si mi tenue Musa, agrada en ese tiempo,
sea mía la pena y tuya la alabanza.


William Shakespeare

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