Idilio


Sencilla y grata vida de la aldea
levantarse al nacer de la mañana
cuando su luz en la extensión clarea
y se quiebra en la cúpula lejana,
vagar a la ventura en el boscaje...
Espiar en los recodos del camino
el momento en que el ave enamorada
oculta en el follaje
sus esperanzas y sus dichas canta.
En rústica vasija
coronada de espuma
libar la leche, contemplar la bruma
que en el fondo del valle se levanta,
el aire respirar embalsamado
con los suaves olores
de la savia y las flores,
tomar fuerza en la calma majestuosa
donde la vida universal germina,
en ignotos lugares
que no ha hollado la vana muchedumbre
en el bosque de cedros seculares
del alto monte en la empinada cumbre;
después, tranquilamente
bañarse en el remanso de la fuente.
Con el rural trabajo
que a los músculos da fuerza de acero
y que las fuentes abre de riqueza
endurecer el brazo fatigado
y devolverle calma a la cabeza,
sin fatigas, sin penas, sin engaños
dejar correr los años
y en la postrera
descansar, no en lujoso monumento
sino bajo el follaje
del verde sauce a su tranquila sombra,
cabe la cruz piadosa.

José Asunción Silva

Comentarios

omar enletrasarte ha dicho que…
un Colombiano del siglo XIX que dejó bellos versos
saludos
Meme ha dicho que…
Si, Omar, bellísimos...
Abrazos
Chela ha dicho que…
Pema muy apropiado a la estación. Precioso.

Como hasta ahora tuvimos mal tiempo, para mí el verano y el contacto con la naturaleza empieza ahora, me llega el momento de...
"tomar fuerza en la calma majestuosa
donde la vida universal germina,
en ignotos lugares", y de no descansar "sino bajo el follaje".
¡Que agradable leer sentada en el campo, a la sombra de un árbol!

Un abrazo.

Entradas populares de este blog

Oda a la bella desnuda

El ruego del libro

Tristeza de verano