Apunte

Mi alma se rompió como un cuenco vacío.
 Cayó escaleras excesivamente abajo.
 Cayó de las manos de una criada descuidada.
Cayó, y se hizo más pedazos que loza había en el cuenco.


 ¿Tontería? ¿Imposible? ¡Yo no sé!
 Tengo más sensaciones que cuando me sentía yo
. Soy una dispersión de trozos sobre un felpudo sin sacudir.

 El ruido hecho al caer fue como de cuenco al romperse.
 Los dioses que hay se asoman a la barandilla de la escalera.
 Y contemplan los pedazos que su criada hizo de mí.

 No os enfadéis con ella.
 Sed tolerantes con ella.
 Cuenco vacío, ¿qué era yo?

 Miran los pedazos absurdamente conscientes,
 más conscientes de sí mismos, no conscientes de ellos.


 Miran y sonríen.
 Sonríen tolerantes a la criada involuntaria.

 Se va extendiendo la gran escalinata alfombrada de estrellas.
 Un pedazo brilla, por el lado de su exterior lustroso, entre los astros.
 ¿Mi obra? ¿Mi alma principal? ¿Mi vida?
 Un pedazo.
 Y los dioses lo miran especialmente, pues no saben por qué ha
 quedado allí.

Fernando Pessoa

Comentarios

Noris Marcia ha dicho que…
Hermoso poema, como todos los poemas de su blog. Felicitaciones.
Saludos cordiales,
Marcos ha dicho que…
¿Es uno de sus poemas de "mensagem"?
He estado sentado junto a su figura en el café Brasileira de Lisboa.
Chelo ha dicho que…
Es verdad que a veces te sientes como cuenco vacío y sientes que te rompes en mil pedazos.
Buen poema el que has elegido
Meme ha dicho que…
Gracias, Noris .

Un abrazo.

Marcos , no te lo sé decir. ¡Qué suerte! No he estado todavía en Lisboa, pero espero, algun día poder ir.

Un saludo.


Chelo Sí, a veces nos pasa, aunque, cuando esto sucede, intentas recomponer los miles de pedazos.

Un fuerte abrazo.

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