No era la muerte, pues yo estaba de pie


No era la muerte, pues yo estaba de pie
 Y todos los muertos están acostados,
 No era de noche, pues todas las campanas
 Agitaban sus badajos a mediodía.

 No había helada, pues en mi piel
 Sentí sirocos reptar,
 Ni había fuego, pues mis pies de mármol
 Podían helar un santuario.

 Y, sin embargo, se parecían a todas
 Las figuras que yo había visto
 Ordenadas para un entierro
 Que rememoraba como el mío.

 Como si mi vida fuera recortada
 Y calzada en un marco
 Y no pudiera respirar sin una llave
 Y era como si fuera medianoche.

 Cuando todo lo que late se detiene
 Y el espacio mira a su alrededor
 La espeluznante helada, primer otoño que llora,
 Repele la apaleada tierra.

 Pero todo como el caos,
 Interminable, insolente,
Sin esperanza, sin mástil
Ni siquiera un informe de la tierra
Para justificar la desesperación.

Emily Dickinson

Comentarios

Noris Marcia ha dicho que…
Bellisimo poema, es una inspiracion poder leerte. Saludos desde EEUU.
Meme ha dicho que…
Hola, Noris.

Gracias por dejar tu huella en esta isla.

Saludos desde el viejo continente.

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