Poema para Octubre


La tarde es una rosa vagamente
 en la rama desnuda del ocaso.
 Una rosa ceniza, como un frío
 beso crecido en unos muertos labios.
 Leve sombra desliza
 su palidez de hielo entre mis manos.
 Las pupilas alargan sus miradas
 como cautivos pájaros.
 Octubre otra vez fruto
 de este paisaje, este árbol
 donde día tras día oscuramente
 mi pobre corazón se va quedando.
 Vivir es reencontrarse
en todo lo lejano,
 ser otra vez aliento en el paisaje
 que fue otra vez soñado.
 Vivir es ser corteza de este roble
 que en hielo y sol el tiempo va quemando.
 El mar de la memoria se enciende,
se ilumina, y a su amparo
 el corazón revive,
 remoza primaveras, sollozando.
 La tarde es una rosa vagamente
 en la rama desnuda del ocaso.
 A la piadosa luz de octubre vuelvo
 y entre la tibia cuenca de mis manos
 como un niño dormido
 mi corazón levanto.
Vivir es retornar a cada Octubre
 para sentirse el corazón dorado.
 La tarde es una rosa vagamente
 ceniza.
 Octubre es fruto
 otra vez en el árbol.

Leopoldo de Luis

Comentarios

Chela ha dicho que…
Tengo que confesar que no conozco obras de este poeta, pero si todos sus versos son tan hermosos y llenos de delicadeza como éste es para buscarlas y leerlas sin tardar.

También bellísima tu foto para este fragamento:
"La tarde es una rosa vagamente
ceniza".

Un cariñoso abrazo.
Meme ha dicho que…
Querida Chela, muchas gracias por tus siempre tan acertadas palabras. Subiré en otra ocasión otro poema de
Leopoldo de Luis y buscaré en mi archivo una foto mía para acompañarlo.

Abrazos

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