Hasta pronto...
Una mujer armando el paraíso sembrando esa verdad en cada herida, rescatando la brasa consumida y el incendio en el vientre del granizo. Viviendo libre, sola y sin permiso, indiferente al miedo, convencida de ser cauce fecundo de la vida y fiel depositaria de su hechizo. Una mujer que sabe y reconoce por igual lo que piensa y lo que siente, que abraza cada pena y cada goce. Una mujer que reta a aquel que intente colocarla en el centro de la ira a arder los pies sobre incendiado puente. Un hombre es lo que hace, lo que ama, lo que pinta su voz con el aliento, lo que construye su palabra al viento, lo que desde sus manos se derrama. Lo que florece en tierra o en escama, lo que da al mundo desde el pensamiento: trigo y harina, masa y alimento, la letra impresa, el fruto en cada rama. Un hombre, sobre todo, es el reflejo del instante fugaz en que respira el aire que lo va poniendo viejo. Un hombre es esa imagen que suspira cuando por fin descubre e...